La adolescencia no sólo es una etapa importante de la vida, sino que es la única etapa en la que se puede hablar de vida en el verdadero sentido del término. Los atractores pulsionales se desenfrenan en torno a los trece años y luego disminuyen poco a poco, o más bien se resuelven en modelos de comportamiento que a fin de cuentas sólo son fuerzas petrificadas. La violencia del estallido inicial hace que el resultado del conflicto pueda ser incierto durante muchos años; es lo que se llama, en electrodinámica, un régimen transitorio. Pero poco a poco las oscilaciones se vuelven más lentas, hasta convertirse en ondas anchas, melancólicas y dulces; a partir de ese momento ya está todo dicho, y la vida ya no es más que una preparación a la muerte. Lo cual puede expresarse de de forma más brutal y menos exacta diciendo que el hombre es un adolescente disminuido.

Ampliación del campo de batalla, Michel Houellebecq
Si aprendemos del pasado, dijo alguien, estamos condenados a repetirlo. Pero ¿y si lo único que aprendemos del pasado es que estamos condenados a repetirlo de todos modos? La cicatriz, al parecer, suele ser peor que la herida.

Esperanza: una tragedia, Shalom Auslander
Ella continuó hablando y al cabo de un rato Stoner empezó a escuchar lo que decía. Años más tarde se daría cuenta de que en esa hora y media, de aquella tarde de diciembre, durante su primer lapso largo de tiempo juntos, le contó más sobre sí misma que ninguna otra vez. Y cuando hubo terminado, sintió que eran desconocidos de una manera impensable y supo que se había enamorado.

Stoner, John Williams 
¿Existe algo más terrorífico que un sueño hecho realidad? Si lo hay, se trata de una plegaria atendida, sin duda.

El evangelio de la anarquía, Justin Taylor
Apuestas dinero a un caballo que gana e inviertes tus ganancias en el caballo siguiente de la siguiente carrera, y así sucesivamente. Tus ganancias se acumulan. ¿También tus pérdidas? No en el hipódromo; allí, sólo pierdes tu apuesta original. Pero ¿en la vida? Aquí quizá rigen normas distintas. Apuestas por una relación y fracasa; inicias una nueva y también fracasa; y quizá lo que pierdes no sean dos simples adiciones menos, sino el múltiplo de lo que has apostado. Es la impresión que da, de todos modos. La vida no es sólo suma y resta. Es también la acumulación, la multiplicación de pérdidas, de fracasos.

El sentido de un final, Julian Barnes

-¿Qué hacen cinco abogados atrapados en arenas movedizas? -le preguntó el profesor Jove.
Kugel se encogió de hombros.
-Cagarse en todo -respondió el profesor Jove-. Y si uno tiene que pisarle la cabeza a otro para poder salir, se la pisa.
-¿Porque es abogado?
-No, porque es un ser humano. La supervivencia tiene su propia moral, Kugel. Solo un idiota esperaría que alguien atrapado en arenas movedizas actuara de otra forma. Y, hermano, estamos metidos hasta las orejas en arenas movedizas, desde el día en que nacemos. ¿Y sabe usted cómo se sale de las arenas movedizas?
-¿Es un chiste?
-No.
-Pues no lo sé. ¿Cómo se sale de las arenas movedizas?
-Hay dos formas. La primera nunca funciona.
-¿Cuál es la primera?
-Esperar que alguien te salve. Confiar en la bondad de los desconocidos.
-¿Y la segunda?
-Salvarse uno mismo. Pisar a quien sea. Esté vivo o muerto, lo pisas y sales de ahí.

Esperanza: una tragedia, Shalom Auslander
Estaba desnuda en su cama y le parecía tan hermosa como un campo de girasoles junto a una carretera solitaria, y le dieron ganas de hacerle alguna promesa, la que fuera, una de esas que son parecidas a los primeros fascículos de una colección que nunca vas a terminar: me gustaría volver a verte, dame tu teléfono, apunta el mío, jamás te olvidaré, seas quien seas. Dos personas que saben que se mienten nunca se hacen daño.

Qué escondes en la mano, Benjamín Prado
En el fondo, ninguna muerte le hace justicia a la vida. Nuestro final es siempre una decepción, un insulto, una sorpresa, algo más estúpido de lo que creíamos y, desde luego, menos de lo que esperábamos.

Esperanza: una tragedia, Shalom Auslander
Fíjense qué verbo más elástico, vivir, y qué lleno de significados falsos, todos esos que le hemos atribuido para suplantar el auténtico, para no darnos cuenta de cómo lo necesario ocupa el lugar de lo que importa, hasta convertirnos en los orgullosos propietarios de los muros tras los que estamos presos.

Qué escondes en la mano, Benjamín Prado
Un coche frenó y pudo escuchar el chirrido de las ruedas patinando sobre la nieve apilada en los bordes de la calle. La bocina repercutió en las paredes cercanas... Al percibir esos ruidos, Shinji pensó que aquella casa se levantaba como una isla solitaria en el océano de una sociedad ocupada incansablemente en los mismos asuntos de siempre. A su alrededor se extendía desordenadamente el país por el cual estaba sufriendo y dispuesto a dar la vida. No sabía ni le importaba si aquella gran nación reconocería su sacrificio. En su campo de batalla no existía la gloria. Era la trinchera del espíritu.

La perla y otros cuentos, Yukio Mishima

Tengo un hueco aquí donde no hay nada, que hay un vacío que no se puede llenar. Y quizá sea la tristeza por los años del frescor, los años que nunca volverán, las cosas que pasaron, las cosas que hicimos, la tristeza por los chicos con botas, los años que dejamos pudrir, que se nos murieron en las manos, sin querer, sin que pudiésemos hacer nada para evitarlo, esa tristeza que llevo ahí, incrustada en la piel, hasta el día en que me muera, y que cada tiempecito sale a golpes, derramándoseme por los ojos y se lo lleva todo menos el recuerdo.
El recuerdo nunca.

Rompepistas, Kiko Amat
Cuando empecé a pincharme diariamente, e incluso varias veces al día, deje de beber y de salir por las noches. Cuando se consume droga, no se bebe. Al parecer, un cuerpo que tiene una determinada cantidad de droga en sus células no absorbe el alcohol. La bebida se queda en el estómago, poco a poco provoca náuseas, incomodidad y vértigo, y no te colocas. Consumir droga probablemente sería una buena cura para el alcoholismo.

Yonqui, William S. Burroughs
Alguien dijo una vez que sus momentos predilectos de la historia eran cuando las cosas se estaban derrumbando, porque eso significaba que algo nuevo estaba naciendo. ¿Esto tiene validez si lo aplicamos a nuestra vida individual? ¿Morir cuando algo nuevo está naciendo, aunque lo nuevo sea nuestro propio yo? Porque la madurez decepciona, del mismo modo que tarde o temprano decepcionan todos los cambios políticos e históricos. Lo mismo que la vida. A veces pienso que el sentido de la vida es menoscabarnos para que nos reconciliemos con su pérdida final, demostrando, por mucho tiempo que tarde, que la vida no es tan buena como la pintan.

El sentido de un final, Julian Barnes
Nos hicimos amantes fácil y rápidamente; yo no daba crédito a mi suerte. Tampoco conseguía creer lo sencillo que era: ser amigos y compañeros de cama, reír y beber y fumar un poco de hierba juntos, ver un pedazo del mundo juntos y después separarnos sin recriminación ni culpa. Tal como viene se va, dijo, y lo dijo en serio.

El sentido de un final, Julian Barnes
Jamás he lamentado mi experiencia con las drogas. Creo que gracias a haberlas usado de modo intermitente en la actualidad mi salud es mejor de lo que sería si nunca las hubiera probado. Cuando uno deja de crecer, empieza a morir.

Yonqui, William S. Burroughs
He vivido tan poco que tengo tendencia a pensar que no voy a morir; parece inverosímil que una vida humana se reduzca a tan poca cosa; uno se imagina, a su pesar, que algo va a ocurrir tarde o temprano. Craso error. Una vida puede muy bien ser vacía y a la vez breve. Los días pasan pobremente, sin dejar huella ni recuerdo; y después, de golpe, se detienen.
Otras veces tengo la impresión de que conseguiría instalarme de forma estable en una vida ausente. Que el hastío, relativamente indoloro, me permitiría seguir llevando a cabo los gestos habituales de la vida. Nuevo error. El hastío prolongado no es una posición sostenible: antes o después se transforma en percepciones claramente más dolorosas, de un dolor positivo; es exactamente lo que me está pasando.

Ampliación del campo de batalla, Michel Houellebecq
Se me ocurre que aquí puede residir una de las diferencias entre la juventud y la vejez: cuando somos jóvenes, nos inventamos futuros distintos para nosotros mismos; cuando somos viejos, inventamos pasados distintos para los demás.

El sentido de un final, Julian Barnes