Todos deberíamos morir en el momento más feliz de nuestra existencia, en la plenitud de la realización, en un acto contra natura, pues casi nunca coincide ese apogeo con los últimos instantes de la vida. Hace tiempo por tanto que debería estar muerto, porque en cada instante de lucidez me doy cuenta de que ya no seré joven nunca más, porque no me fío de las personas, porque recordando los días pasados soy consciente de que no podré volver a amar a nadie, porque sé que habiendo desperdiciado aquellos momentos estoy abocado a un conformismo que fagocitará sin piedad cada segundo de mi futuro.

Érase una vez el fin, Pablo Rivero
Los trabajos sólo sirven para hacer que gente más rica que tú sea aún más rica que tú. Si todo el mundo se negara a hacer su trabajo y se pusiera a cultivar zanahorias no habría gente rica, sólo gente con dinero.

Hurra, Ben Brooks
Tu cuerpo puede
llenar mi vida,
como puede tu risa
volar el muro opaco de la tristeza.

Una sola palabra tuya quiebra
la ciega soledad en mil pedazos.

Si tu acercas tu boca inagotable
hasta la mía, bebo
sin cesar la raíz de mi propia existencia.

Pero tú ignoras cuánto
la cercanía de tu cuerpo
me hace vivir o cuánto
su distancia me aleja de mí mismo
me reduce a la sombra.

Tú estás, ligera y encendida,
como una antorcha ardiente
en la mitad del mundo.

No te alejes jamás:
Los hondos movimientos
de tu naturaleza son
mi sola ley.
Retenme.
Sé tú mi límite.
Y yo la imagen
de mí feliz, que tú me has dado.

Punto cero, José Ángel Valente
Me han grabado a fuego desde pequeño que la educación permanece siempre por encima de la sinceridad. Hoy en día no es así. No paro de escuchar frases como «Soy una persona muy legal, te digo las cosas a la cara», morid, hijos de puta, nadie debería restregar por la cara a nadie su maldita sinceridad.

Érase una vez el fin, Pablo Rivero
Hurra por los otros días. Hurra por dormir hasta tarde, las cervezas para desayunar y los universos paralelos donde todo es un poco mejor.

Hurra, Ben Brooks
Padre nuestro que estás en paradero 
desconocido, líbranos de Ti.

No nos llenes el tiempo con tu ausencia.
Tú utilizaste el fuego del infierno 
para encender el sol de nuestra infancia.

No nos des incertidumbre de tus ojos 
después de que los nuestros ya no puedan 
mirar la rosa negra de la vida.

Oh cordura de Dios que catas 
el pecado del mundo, 
dispendia tu piedad con los cobardes, 
los que te encuentran en cualquier fenómeno 
de meteorología, los que imponen 
tu Nombre en leyes y oraciones.

Confórmate con ser un huésped 
de nuestra infancia rota en mil pedazos.

Vacíanos de Ti, 
regresa a tus orígenes,
a aquella inmensa noche de tormenta 
en la que el miedo de unos monos te inventara.

Poesía para los que leen prosa, VV.AA.
Creo que estar con alguien con quien no conectas es un camino más rápido hacia la soledad que estar totalmente solo. Es algo que te lleva a pensar en la imposibilidad de coexistir de forma significativa con otras personas.

Hurra, Ben Brooks
Me convenzo otra vez de que mi vida es una cadena de exageraciones; o quizá sean extremos esos puntos de giro, el accidente que provoca el cambio de costumbres y de edad, y el resto sea sólo lamerse las heridas y maravillarse como un tonto de los sucesos al final banales que las causaron.

El día del Watusi, Francisco Casavella
Las vidas son como las historias: nunca se acaban, simplemente uno se cansa de contarlas.

Rayos, Miqui Otero

Hay el dolor de ver las nubes cerca,
y hay el dolor de ver secarse el trigo;
hay el dolor de no encontrarse el alma,
y el de ver que es un pozo ¡tan profundo!
y el de ver que es un lucero inalcanzable;
hay el dolor de saber que uno es la herida,
y hay el dolor de no saber si duele.

El canto es vuelo, Fernando Fernán-Gómez
No hay ser humano que no quiera ser otro
y meterse en ese otro como en una escafandra
como en un aura tal vez o en una bruma
en un seductor o en un asceta
en un aventurero o un boyante

sólo yo no quisiera ser otro
mejor dicho yo
quisiera ser yo
pero un poco mejor

La vida ese paréntesis, Mario Benedetti
De terciopelo se ajan los labios, y me asomo a lo que no has dicho, y no estoy, y tú has desaparecido tras aquellos árboles donde anudándome a la melancolía te escribo, la ausencia es un túnel sin salida...

Matando dinosaurios con tirachinas, Pedro Maestre

No existo si no me ves,
no existes sin mi mirada.
Existen tus cinco dedos
porque caben en la palma
de mi mano. Y ese agua
verde y limpia de tus ojos
no sirve si no les calma
la sed a los ojos míos.
Ni tu mirada es mirada
si no vale para verme.
Yo no era cuando no estabas.
No seas cuando no estoy.

El canto es vuelo, Fernando Fernán-Gómez
En este mundo hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle a uno la vida/
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas

me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas

pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve

para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo

La vida ese paréntesis, Mario Benedetti