Quizá tengo un concepto demasiado restrictivo de la libertad. Y podría argumentar, si no quisiera ir terminando, que la deificación del libre albedrío nos ha traído parte de los males de nuestra sociedad liberal, democrática y competitiva. Al fin y al cabo, siempre están sucediendo cosas y cada suceso es una condena, aunque algunos lo vivan como una oportunidad. No libertad, sino una salida, pedía el mono del relato de Kafka. Pero no hay salida de lo que sucede.

El viaje a pie de Johann Sebastian, Carlos Pardo

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