-¿Sabes lo que te digo?
-¿Qué?
-Que no me importa seguir siendo un secreto.
-No eres un secreto... Ya no te puedes quejar.
-Que no me importa seguir siendo una latencia, que sigamos así, que lo nuestro no tenga nombre. Todo lo que tiene nombre está muerto.
-Qué bonito.
-Es que follar me pone poeta.
Vida de Pablo, Carlos Pardo
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