Nada ocurre dos veces
y no ocurrirá. Por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.

Siendo alumnos más torpes
en las escuelas del mundo
no repetiremos años,
inviernos o veranos.

No volverá ningún día,
no hay dos noches iguales,
dos besos que se repitan,
dos miradas similares.

Ayer cuando tu nombre
alguien dijo en voz alta,
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.

Hoy que estamos juntos,
hacía la pared vuelvo la cara.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Es una flor, o una piedra?

¿Por qué, dime, mala hora,
te juntas con el miedo infructuoso?
Eres y por eso has de pasar.
Pasas, y eso es prodigioso.

Sonrientes, medio abrazados
tratamos de buscar la cordura,
aún siendo tan diferentes
como dos gotas de agua pura.

Antología poéticaWislawa Szymborska

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