Un lector lee un libro. Si el libro es bueno, se olvida de sí mismo; eso es lo único que tiene que hacer un libro. Si mientras lee, el lector no puede olvidarse de sí mismo y piensa en el escritor constantemente, el libro es un fracaso. Esto no tiene nada que ver con disfrutar de la lectura. Quien quiere disfrutar se compra una entrada para la montaña rusa.

Estimado señor M., Herman Koch

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