-Cuando yo era joven...
-¿Cómo de joven?
-Antes de los veinte, quiero decir, yo pensaba que la vida se aceleraba, que sería cada vez más rica y más intensa. Uno aprendería más, sería más sabio, más inteligente, se acercaría más a la verdad... -vaciló.
Bruscamente Port se echó a reír.
-Y no es así, ¿verdad? Es más bien como fumar un cigarrillo. Las primeras bocanadas son maravillosas, ni se te ocurre que se va a consumir. Empiezas a olvidarlo. De pronto te das cuenta de que ha ardido casi hasta la punta.Y entonces es cuando tienes conciencia de su sabor amargo.
-Pero yo siempre tengo conciencia del sabor desagradable y de que el fin se acerca.
-Entonces deberías dejar de fumar.

El cielo protector, Paul Bowles

No hay comentarios:

Publicar un comentario