Pobre experiencia tengo de la vida
(como todos). Practico la existencia
(como todos). Y sufro. Y no sé nada.
Lo primero: soy hombre, no mujer,
y eso ya es un fracaso si uno quiere
saber de qué va el mundo, penetrar
en el misterio de las cosas. Luego
está el tema de las sendas perdidas
y el de esas partes de nosotros mismos
a las que traicionamos por servir
a una sola faceta (la peor,
la más absurda y menos favorable).
Pobre experiencia tengo de la vida.
¡Qué pena estar tan cerca de la muerte!

Cuaderno de vacaciones, Luis Alberto de Cuenca

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