Desasido de cualquier condicionamiento exterior sólo a mí mismo podía ver y sentir con claridad. Todo lo demás había sido bombardeado por algo oscuro; decorados de plató cinematográfico cuyo destino de polvo y olvido me parecía irreversible.
La pregunta, entonces, era qué hacía yo en medio de esa miseria.

El Tercer Reich, Roberto Bolaño

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