Todavía me hago alguna que otra paja, una y otra vez. ¿Y quién no se la casca? Ustedes podrán decir de las pajas lo que les dé la gana, pero a mí me parece evidente que más baratas, y más a mano, imposible. Al final hay que conformarse con las pajas. Que son absolutamente democráticas.

Dinero, Martin Amis

No hay comentarios:

Publicar un comentario