Para evitar enfrentarnos con el enemigo que vive en la dulce médula de nuestra espina dorsal, bebemos, tomamos marihuana, cocaína, nicotina, tranquilizantes y somníferos, aceptamos costumbres e iglesias, prejuicios e hipocresías, nos dejamos llevar por las ideologías y, sobre todo, por nuestra propia estupidez.
Los tipos duros no bailan, Norman Mailer
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