Mañana me levantarán a gritos
para la ducha, y mi mano derecha
abrazará mi izquierda
y caerá la lluvia
sobre mi estómago
y la tiniebla
me abrazará otra vez
y será la penitencia soportarme
como la andadura del sueño
echo para no nacer: porque soy
un sacerdote de la nada
y todos los días fingiré que existo.


Poemas de la locura, Leopoldo María Panero

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