Sí, me fastidiaba levantarme de la cama por la mañana. Esto significaba empezar la vida de nuevo y después de estar en la cama toda la noche has creado un tipo de intimidad a la que es muy difícil renunciar. Yo siempre fui un solitario. Perdona, supongo que lo que me pasa es que estoy desquiciado, pero, quiero decir, salvo por lo de echar un polvete de vez en cuando, no me importaría que todos los habitantes del mundo se muriesen. Sí, sé que no es agradable. Pero yo me pondría tan contento como un caracol; después de todo fue la gente la que me hizo desgraciado.

La máquina de follar, Charles Bukowski

No hay comentarios:

Publicar un comentario