Cuando el doctor Cardoso salió por la puerta y desapareció en la calle se sintió solo, verdaderamente solo, y pensó que cuando se está verdaderamente solo es el momento de medirse con el yo hegemónico que quiere imponerse en la cohorte de las almas. Y aunque pensó en todo ello no se sintió tranquilo, sintió en cambio una gran nostalgia, no sabría decir de qué, pero era una gran nostalgia de una vida pasada y de una vida futura, sostiene Pereira.
Sostiene Pereira, Antonio Tabucchi
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