-¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti? -preguntó a Matthew.
-¿Qué?
Le cogió del brazo, le cogió del cuello y lo atrajo hacia ella susurrándole a su mejilla nervuda y áspera. Tenía tanta hambre que se lo comería. Pronto llamarían su número de pedido.
-Cómo se te marcan las venas de los antebrazos. Y la musculatura que te recorre la cintura. Me encanta que seas delgado.
-Eso es muy superficial, Lucinda.
-No se puede ser profundo sin superficie.

Todavía no me quieres, Jonathan Lethem

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