La memoria no es una magnitud fiable en una vida. No lo es por la sencilla razón de que no antepone la verdad a todo. No es nunca la exigencia de veracidad lo que decide si la memoria reproduce un suceso correctamente o no. Lo decide el interés personal. La memoria es pragmática, es insidiosa y astuta, pero no de un modo hostil o malicioso; al contrario, hace todo lo posible para satisfacer a su amo. Algunas cosas las empuja hasta el vacío del olvido, otras las retuerce hasta lo irreconocible, otras las malinterpreta elegantemente, y algunas, las menos, las recuerda nítida y correctamente. Tú nunca puedes decidir qué es lo que se recuerda correctamente.

La isla de la infanciaKarl Ove Knausgård

No hay comentarios:

Publicar un comentario