Hay el dolor de ver las nubes cerca,
y hay el dolor de ver secarse el trigo;
hay el dolor de no encontrarse el alma,
y el de ver que es un pozo ¡tan profundo!
y el de ver que es un lucero inalcanzable;
hay el dolor de saber que uno es la herida,
y hay el dolor de no saber si duele.

El canto es vuelo, Fernando Fernán-Gómez

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