Tienen derecho a preguntarme en qué creo, yo que me declaro tan antitodo. Pues se lo diré: creo en el nihilismo, en la medida en que creo en la ausencia de ismos. Sé que no sé y creo en no creer. -Percibió que en la primera fila los murmullos se intensificaban: no había tiempo que perder-. Por cada hombre que cree en algo, hay otro hombre que cree en lo contrario. ¿Cuántas guerras se habrían librado, a cuántos hombres habrían torturado en este mundo si nadie hubiese creído nunca en nada?

Caída y auge de Reginald Perrin, David Nobbs

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