Es el sufrimiento de ser el que nos hace buscar al otro, como un paliativo; tenemos que superar esa fase para alcanzar el estado en el que el mero hecho de ser constituye en sí una ocasión permanente de júbilo; en el que la intermediación pasa a no ser más que un juego, emprendido libremente, no constitutivo del ser. En una palabra, debemos alcanzar la libertad de la indiferencia, condición que hace posible la perfecta serenidad.

La posibilidad de una isla, Michel Houellebecq

No hay comentarios:

Publicar un comentario