Un día le pregunté a mi abuelo qué era la guerra civil. Yo debía de tener nueve años. Y él me dijo que era una guerra que hubo aquí entre buenos y malos. Y esto no lo dijo así porque yo fuese un niño. Lo dijo así porque era la puta verdad, entonces y ahora. Y me dijo que perdimos los buenos, perdimos, dijo, y que hay veces en la vida que tener razón no sirve de nada. Que aquella guerra fue una de las primeras veces que los que tenían razón, los buenos, perdieron. Ésa es la justicia de este mundo, me dijo. Y me dijo que un día se iba a enderezar eso, y que los buenos se levantarían y esta vez ganarían. No lo dijo así por mis nueve años. Lo dijo así porque era la puta verdad, entonces y ahora, la única verdad futura que valía la pena guardarse en el corazón, la única esperanza que no le pudieron arrancar. Y yo he dudado de muchas cosas en la vida, pero ¿de ésa? Nunca.

Rompepistas, Kiko Amat

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